Un nombre de dominio puede adquirir un valor más allá del monetario. En este artículo reflexionamos sobre ello con el ejemplo del caso Mauricio vs UK, que ha convertido la disputa por una extensión estratégica como la .io en arma arrojadiza para históricas batallas legales entre países.
En los últimos meses, los conflictos digitales entre el gobierno de Mauricio y el Reino Unido se han intensificado. En concreto, los objetivos estratégicos de Mauricio son «poner fin al uso del nombre de dominio .io por parte del Reino Unido o de cualquier entidad que actúe en su nombre y asegurar para el Estado de Mauricio los ingresos generados por cualquier otro uso del nombre de dominio .io».
Esta declaración es resultado de una campaña que rechaza el control británico sobre estos nombres de dominio basándose en que Gran Bretaña ya no tiene interés legítimo sobre el archipiélago de Chagos.
Al margen de las reivindicaciones políticas históricas, muchos se preguntan por qué dos Estados se han enzarzado en una disputa por un dominio.
Por supuesto, la respuesta está en que .io se ha convertido en una extensión de dominio estratégica en términos de branding para el sector tecnológico, que lleva años en constante evolución y aún hoy no parece que vaya a cambiar.
El auge de los dominios .io
La extensión de dos letras .io, del inglés Indian Ocean u océano Índico, es el dominio de nivel superior de código de país (ccTLD) asignado por la Internet Assigned Numbers Authority al Territorio Británico del Océano Índico, también conocido como Islas Británicas de Chagos, un grupo de 55 islas con una superficie de 60 km².
Pero estas siglas también se corresponden con el término input/output, que en informática se utiliza para referirse al proceso de envío y recepción de datos.
Al igual, por ejemplo, que el TLD genérico .app —una extensión perfecta para los desarrolladores de aplicaciones móviles—, el dominio .io es de especial interés para las empresas tecnológicas, las startups y las aplicaciones web.
En particular, las empresas de criptomonedas y las que venden tokens no fungibles (NFT) suelen elegir direcciones .io para sus plataformas web. En consecuencia, tienen un precio elevado.
El ccTLD .io también ha ganado importancia como terminación para hacer trucos o domain hacks, es decir, cuando se une la extensión al nombre de dominio para crear una palabra o frase.
Por ejemplo, con un poco de creatividad, se pueden generar direcciones web como rad.io o portfol.io. Esto es precisamente lo que hizo el político estadounidense Marco Rubio, que en 2016 utilizó el dominio rub.io para su campaña electoral en la carrera presidencial.
El valor del .io sigue creciendo
En los últimos seis años, el precio de los dominios .io no ha dejado de subir, pero desde 2019 la tendencia se ha acelerado, también en las subastas y los mercados de inversores.
En lo que va de 2022, se han anunciado públicamente cinco ventas de dominios .io por encima de los 50.000 dólares: mountain.io (90 000 dólares), formula.io (88.888 dólares), seal.io (60.000 dólares), mode.io (50.000 dólares) y assistant.io (50.000 dólares).
Si bien el mercado de los nombres de dominio ha ido creciendo de manera constante desde los inicios de la Internet comercial, ha sido la nueva normalidad derivada de la covid-19 y basada en la actividad digital lo que más ha impulsado el sector de los dominios, el cual en 2021 siguió registrando cifras récord.
Aunque el .com, la superestrella imbatible de Internet, sigue siendo el TLD más registrado del mundo, si nos fijamos específicamente en el porcentaje de crecimiento, el panorama cambia bastante. Pese a que en 2021 los .com lograron un respetable aumento interanual del 4,5 %, la cifra parece una nimiedad en comparación con la de algunos gTLDs nuevos, como .bar o .store (con el 320,6 % y 43,5 % respectivamente).
Otras estrellas en ascenso: .ai y .xyz
La extensión .ai es otra de las estrellas en ascenso. También se trata de un dominio territorial, en este caso perteneciente a la dependencia británica de Anguila, en el Caribe, que se ha convertido en objeto de deseo de las empresas de tecnología e informática porque se entiende como la abreviatura de artificial intelligence o ‘inteligencia artificial’.
Oficialmente Google no trata el .ai como un dominio internacional, sino que asume que el contenido se dirige a los habitantes de Anguila. Pese a lo cual ya hay muchas organizaciones que han registrado este dominio: facebook.ai, uber.ai, autonomous.ai, deeplearning.ai…
Desde hace varios años, el desarrollo de la industria del aprendizaje automático ha sido inmenso, sea en el ámbito de la fabricación de coches autónomos, el diseño de programas de reconocimiento de texto o muchos otros.
Aún no hay signos de una inversión en esta tendencia, por lo que .ai se considera un dominio valioso. Por otro lado, como sucede con .io, el ccTLD .ai es una extensión versátil que da pie a posibles juegos con el nombre de dominio, como bons.ai, ch.ai, samur.ai, etc.
En estos momentos, sin embargo, el nuevo gTLD más codiciado es con diferencia .xyz. Con 4,4 millones de dominios registrados, esta extensión representa el 15,6 % de la cuota de mercado de los ngTLD.
Sin duda, un factor que contribuyó a esta popularidad es el cambio de marca de Google. Cuando pasó a llamarse Alphabet, los correspondientes .com (Alphabet.com y ABC.com) ya estaban ocupados. Por ello, la compañía decidió utilizar abc.xyz. Esto puso los dominios .xyz en el candelero y legitimó aún más la extensión como alternativa a un .com.
Pero el impulso principal seguramente se debió a la propia evolución de Internet. El paso a la Web 3.0, de la mano de las criptomonedas, está abriendo nuevos caminos y dando forma a nuevas pautas digitales, una de las cuales es la mayor aceptación del .xyz y de otros gTLD.
Por supuesto, nadie cree que los .xyz acabarán sustituyendo a los .com, pero no cabe duda de que los nuevos dominios tienen su lugar y parece que seguirán creciendo a medida que avancemos hacia la Web 3.0 y el metaverso.
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